4 de octubre de 2023

Hace exactamente 47 años que fue electo al Salón de la Fama de Cooperstown el «Cometa de Carolina«, Roberto Clemente Walker.

El mal tiempo y un avión sobrecargado de alimentos y medicinas, acabaron con la vida de Clemente el 31 de diciembre de 1972 en un accidente aéreo, cuando llevaba ayuda humanitaria a Nicaragua, luego del que el país fuera azotado por un terremoto. «No vayas Roberto«; le dijo su esposa Vera ese día, a lo que Roberto respondió: «Si vas a morir, morirás«. La noticia tomó por sorpresa al mundo del Béisbol, dejando un gran vació en todos sus seguidores.

La opinión estaba dividida en 1973, pues mucha gente aclamaba el ingreso de Clemente al Salón de la Fama; se discutía mucho si se podía ignorar el requisito de los cinco años para ser elegible y si el propio Clemente debía ser electo.

Las dudas se disiparon y un día como hoy de 1973, Roberto Clemente entra al Salón de la Fama con el 93% de los votos (393 de 424). En la elección de Clemente, dos escritores se abstuvieron de votar y 29 no le dieron su voto por no cumplir con el requisito de pasar cinco años de estar fuera del Béisbol.

Roberto Clemente se convertía entonces en el primer latino electo al Salón de la Fama y el segundo en ingresar por un proceso no convencional, luego de que Lou Gehrig fuera electo en 1939 luego de haberse retirado unos meses antes tras padecer una terrible enfermedad.

El Comisionado de Grandes Ligas en 1973, Bowie Kuhn decidió cambiar el premio que se le daba anualmente al pelotero de mejor espíritu deportivo y contribuciones a la comunidad bautizándolo con el nombre de Roberto Clemente. El primer ganador del premio fue Al Kaline en 1973.

Clemente jugó 18 Temporadas en Grandes Ligas, todas con los Piratas acumulando un promedio de por vida de .317 con 3000 imparables.

En una ceremonia muy emotiva, el 6 de abril de 1973, los Piratas de Pittsburg retiraron el número 21 de Roberto Clemente.

Hoy hemos querido rendirle homenaje a uno de los mejores peloteros Latinos de la historia, no solo por lo que hizo en el terreno de juego, sino por lo que logró fuera de él.

No existe nada malo en nuestros hogares y país que un poco más de compasión, cuidado y amor no puedan curar. Somos todos hermanos y hermanas y debemos ayudarnos mutuamente cuando es necesario.

Roberto Clemente Walker.

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¡Que Viva el Béisbol!

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